El dropshipping se define como un modelo de negocio que permite a la tienda online ofrecer productos al consumidor final sin tenerlos en stock. El sistema de gestión de toda la logística está en manos del dropshipper, el proveedor de estos modelos de negocio.
La función de este tipo de ecommerce reside en ser una especie de intermediarios entre el consumidor final y los dropshippers. Su función principal es conseguir el mayor número de ventas, sin tener que preocuparse en ningún momento por los productos y su stock.
El proceso de compra entre las tres partes de este tipo de negocio digital se desarrolla de la siguiente manera:
El consumidor o cliente hace su pedido dentro del sitio web del minorista o empresa de dropshipping. Una vez realizado el pedido, el minorista únicamente se encarga del cobro del pedido y de remitir el pedido al dropshipper o proveedor. Esta parte del proceso es la encargada de gestionar, tramitar y enviar el pedido directamente al consumidor o cliente final bajo el nombre de la empresa minorista. Gracias a la figura del dropshipper las empresas de dropshipping cuentan con un ahorro directo e indiscutible sobre el control, gestión y protección de la mercancía.