Design thinking, término también conocido como diseño del pensamiento. Es un concepto que da nombre a la creación de productos y servicios destinados a satisfacer las necesidades de los usuarios teniéndolos en cuenta de forma activa en el proceso de creación.
Durante estos últimos años el design thinking se ha vuelto un concepto cada vez más relevante en el mundo de los negocios. Este va más allá de la creación de productos o servicios puramente comerciales, considerando también las necesidades que tiene las empresas de generar valor y diferenciarse en un mercado cada vez más competitivo.
Fases del Design thinking:
El design thinking es una metodología que plantea el desarrollo y optimización de productos y servicios guiado de un conjunto de técnicas. Esta metodología abarca cinco fases que definimos como:
- Empatizar: La principal fuente de información para el planteamiento del diseño son las personas y la experiencia como usuarios y/o consumidores que viven en relación a un producto, servicio o marca. Las herramientas frecuentemente utilizadas son encuestas, entrevistas, estadísticas y focus groups, entre otras. Todo ello con el fin de conocer y entender mejor sus necesidades, problemas y deseos.
- Definir: Una vez se conoce qué experimentan las personas, hay que definir el problema o necesidad emergente con el objetivo de resolverlo y llegar a la solución más innovadora posible.
- Idear posibles soluciones: Aportar diferentes ideas y perspectivas es un punto crucial para dar con soluciones innovadoras que aportan mayor valor a la empresa. Una de las técnicas más utilizadas en este punto es el brainstorming.
- Prototipar: Crear diferentes versiones o modelos del producto o servicio, ya sea de forma física o digital. Es decir el objetivo de esta fase es tangibilizar la solución planteada.
- Evaluar y testear: Fase final del proceso, los prototipos pasan a ser probados por usuarios. La interacción con él es crucial ya que se obtiene un feedback que ayuda a realizar mejoras y perfeccionarlo.